2AM. Porque la noche aún es jóven.
"Soy más que una cara bonita"- fue la sincera declaración de Pancho Errazquin hace unos instantes. Resulta que asistimos varios ex-alumnos del mejor colegio del mundo al cumpleaños del querido Olivier Paccot.
Felices 23 años amigo.
Ahí estabamos: el ya mencionado además de María Victoria Martabit -soltera aún, debo aclarar- , Mikaël Gayme, destacado esquiador olímpico nacional, su polola María Isabel Alarcón y el asiduo blogadicto Bernardo Combeau. Ante mi típica postura en que me niego ir a la reunión de generación, aparecieron las rogativas de rigor.
Señores, áun queda esperanza en este país.
Casi no recuerdo cuándo fue la última vez que asistí a una fiesta realmente sana, 100% Drug Free, sólo buen vino, muchas variedades de queso y pan, comida mexicana, anticuchos (que el webmaster preparó con dedicación) y los infaltables picoteables.
Todos conversaban animadamente, celebrando bromas de un único y sano sentido, se compartía en la mesa con frases llenas de cariño y buena intención, todos muy lindos (como debe ser) y un único merodeador que auscultaba la muchedumbre con atención. Quién más iba a ser pues....
Realmente notable. Como que me dió ánimo ver un carrete tan bueno, al mejor estilo Franco-Suizo de la Familia Paccot Burnens.
Eso de ser más que una cara bonita, ilustra que Pancho no es el bello envoltorio que todos pueden admirar paseándose por la Facultad de Ingeniería en Minas de San Joaquín. Es mucho más.
Pero, a pesar de aquello, ha tenido bastantes tropiezos en lo que a féminas se refiere. Extraño caso, digno de ser analizado inescrupulosamente por su servidor. De todas formas, no te preocupes cabro, no eres el único que piensa que no ha mejorado ni cambiado nada desde que salimos del colegio. Mírame a mí. Creo que el hecho de que te cuestiones sobre tus progresos es signo de madurez. Sólo un tonto no mira para el lado en la vida.
Qué hice yo? Preparé el fuego y los anticuchos.
Obvio, uno hace el trabajo sucio, transpira soplando el carbón, se quema al dar vuelta los fierritos y cuando va a sacar una copa de vino tres metros más allá y vuelve ya no queda ni el nervio de la carne sobre la parrilla...
So, me limité a ver cómo los demás comían hasta que nos avivamos y protegimos fieramente nuestro espacio sobre la caldera humeante. Ahí ataqué como acostumbro los sabrosos fierritos: como si fuera el último poco de comida que queda en la tierra.
Ex-Lycéens, yo sé que me pelan y se mueren de la risa pero creo que tengo la valentía de decir las tonteras que ninguno de Uds. diría por miedo a parecer tonto o loco. Intento hacer que ese rato que iban a dedicarlo a pensar cosas maduras y serias lo pasen conmigo riéndose de cosas absurdas. Quien esté libre de pecado, que lance la primera piedra.
Amigos, somos todos importantes, todos guardamos algo de verdad en nuestras palabras, asi es que no nos despreciemos.
En otras palabras, no nos veamos la suerte entre gitanos.
Bueno chicos lindos, eso ha sido el mini resumen del carrete del que vengo llegando.
Ojalá no se hayan aburrido mucho.
Tono





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