No se puede vivir solo de pan, tampoco de ensaladas.
Vuelvo a repetir que no hay nada peor que la gente entre al metro antes de que intentes bajar.
Bueno, esta semana ha sido bastante parecida a la anterior, porque ha tenido cosas muy malas, como unas solemnes y otras no tanto, como otras solemnes. Asi al menos no siento que soy un completo idiota.
Bueno les cuento, hoy me junté con Dee, aprovechando que vino a Santiago a resolver unos asuntos de la práctica.
Fue un verdadero placer verte y escucharte.
Yo para variar me dediqué mas a observar y a escuchar con atención tus gestos y palabras, ya que con este espacio de expresión basta, digo yo.
A los lectores les recomiendo vivamente caminar hasta la calle mas cercana donde pase una micro que los lleve hasta Alameda. Luego pueden bajar en la estación de Metro UC, caminar por la calle J.V.Lastarria y recorrer sus laberínticas calles anexas, encantarse con uno de los numerosos cafés que te permiten conversar hasta que te duela la boca (Recomiendo el Café Escondido). Pueden igualmente visitar algún museo cercano, ver alguna de las tiendas con cosas raras que hay allí, sorprenderse con los curiosos objetos que exponen vendedores de cosas kitsch o simplemente ir a la ciudad de las palomas y pasar horas sentado leyendo, como solía hacerlo cuando estudiaba alemán en el Chileno-Suizo. Por si esto fuera poco el precioso Chileno-Francés también está disponible en la esquina de la calle Merced con Lastarria.
Es, junto con el Barrio Brasil, un verdadero oasis de calma, belleza y cultura. Curiosas y variadas construcciones adornan el barrio, para sumergir al caminante en un mini mundo que me recuerda los mejores lugares del primer mundo, allí donde escasean los oficinistas estresados y abundan las palomas feas, con pocas plumas pero mucho carácter.
Es un planeta aparte.
Si, además, van en buena compañía, puede ser una vacacion en medio del caos.
Au revoir.


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