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jueves
Cebolla en Escabeche

Y un buen pesto, que cosas mas ricas y dragonicas, alientosamente hablando.
Cansado de criticar el transporte publico de esta ciudad, me dedicare a analizar la falta de competitividad de los ejecutivos de exportacion de este pais.
O tal vez la viscosidad de la baba que esta cayendo de las morbidas lenguas de los alcaldes de Santiago y La Florida al apreciar la belleza de las prostitutas rusas.
Eso es algo que no puedo terminar de entender.
La distribucion de la belleza en el mundo es algo completamente ilogico.
Por tal motivo, creo que renunciare a la idea que me asalto en la calle ejército el otro dia: juntar plata (prostituyendome supongo, porque tengo prohibido trabajar) juntar tiempo y algun acompañante (aunque no es condicion necesaria ya que siempre aparece algun compañero de viaje) para arrancarme a recorrer Baja California.
Ya me veia recorriendo pueblos perdidos, rebalsados de gente amistosa, con una mochila especial para acarrear Tequila, Mezcal y tarjetas Compact Flash.
Y asi recorrer tranquilo hasta encontrar playas perfectas donde me pueda asolear hasta que finalmente me de cancer a la piel y me haga mal el reflejo del sol en el papel por leer sin parar libros interminables.

Pero decidi que mejor sera esperar un tiempo, endeudarme e ir al Baltico y Mar Negro en el verano del 2005.
No me imagino el nivel de paraiso que debe ser ir a una playa de Odessa o una fiesta electronica en Crimea.
La distribucion de la belleza es desigual, y no hay ley migratoria ni de goteo que equilibre.
Por mucha variedad que haya en mis queridos Albertson gringos o Carrefures galos, por mucha palta y vino chileno, por mucha piña que haya en exhibcion en Dinamarca como fruta extraterrestre, no hay pasarela como una calle de Kiev o Tallinn.

5/27/2004 ::
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